Bernard McKenna, veteran of the Spanish Civil War, socialist and dedicated teacher.
Bernard McKenna who was one of just a handful of surviving members of the British Battalion of the International Brigade, the volunteers – men and women – who went to Spain to fight against the rising tide of fascism in Europe and to stake a claim for freedom and democracy.
Bernard was born in Hulme, Manchester into an Irish– English family. He was the seventh child, and the first to survive infancy. The family was desperately poor and lived in extremely over-crowded conditions. For most of Bernard’s childhood in the 1920s his father Peter, a Labour Party supporter, was unemployed and his mother, Ellen had to go out and clean.
He was the first boy from his slum school, St Wilfred’s, to win a scholarship to St Gregory’s Grammar School in Ardwick. At 14, Bernard was forced to leave school and earn his keep – working as a clerk in a textile mill. Politics were part and parcel of Bernard’s family life and he became interested in politics at the age of 12, subsequently joining the Labour League of Youth. When he was 17, Bernard joined the Young Communist league. It was 1932 and as far as he was concerned the Communists were the only political party who were clearsighted enough to see the terrible dangers of fascism at home and abroad.
Bernard threw himself into party work, selling copies of Challenge, the YCL newspaper, and the Daily Worker on street corners and at political rallies. When the Spanish Civil War broke out in 1936, Bernard spent evenings and weekends collecting money for food and medical aid to Spain but felt that there was more he could do. In February 1937, without telling his family, Bernard bought a weekend train ticket for Paris (for which he did not need a passport), and made contact with a more-or-less clandestine International Brigade recruiting office.
After training in signals, Bernard was wounded on his first day of action at the Battle of Brunete in July 1937. He recovered and saw more action on the Aragon front, where he was wounded again by shrapnel, and then badly shell-shocked after a shell exploded near him. He almost died in hospital but recovered sufficiently to fight again.In the spring of 1938, along with a group of American International Brigaders, he was captured by the Fascists at Calaciete on the River Ebro and taken (at 8 April 1938)to the infamous San Pedro concentration camp in Burgos where he was interrogated by the German Gestapo and was told that he was going to be shot. At one point he was led out of the camp and taken to the outskirts of town where he fully expected to be executed. ‘I was convinced I would be shot. That was the fate of most International Brigaders caught by the fascists,’ he recalled later. ‘It was the worst moment of my life.’ He was lucky enough to be randomly selected for a prisoner exchange and spent the next few months in an Italian prisoner of war camp (Palencia, May 1938). He was released in October 1938 into France and he retained until his death the formal Foreign Office bill for ‘Repatriation’ of £4. He never paid it.
When the Second World War was declared, Bernard joined the RAF within two days. He wanted, he said, to have another go at the fascists. He spent six and half years in the RAF and fought in North Africa, the Middle East and Italy.
In 1946, Bernard successfully applied for emergency teacher training and found a new vocation. His own truncated schooling had convinced him that education was the great lever to bring about social justice. He specialised in teaching those who were educationally disadvantaged and who had fallen behind in learning, teaching many hundreds, if not thousands, of children to read.
He was married twice, both marriages ending in divorce, and is survived by his five children, Peter, Martin, Neil, Jo and Nikki.
‘Almost daily,’ he declared in 1986, ‘I am buoyed up by the thought that I have outlasted that fucking Franco.’
Bernard McKenna – born 11th September 1915, died 31st July 2008.
Writen by his son Neil.
Bernard McKenna, veterano de las Brigadas Internacionales, socialista y dedicado profesor.
Bernard McKenna fue uno de los varios supervivientes del Batallón Británico de las Brigadas Internacionales,voluntarios – hombres y mujeres – que acudieron a España para combatir el ascenso dela marea fascista en Europa y para defender activamente la libertad y la democracia.
Bernard había nacido en el barrio de Hulme, en Manchester, en una familia anglo-irlandesa. Fue el séptimo hijo en nacer y el primero que sobrevivió más allá de la infancia. La familia era extremadamente pobre y vivía en condiciones de hacinamiento. Durante la mayor parte de la niñez de Bernard en los años veinte, su padre Peter, simpatizante del Partido Laborista, estuvo desempleado mientras que su madre Ellen tenía que trabajar fuera de casa limpiando.
Fue el primer muchacho de la escuela del barrio, St Wilfred, en promocionar a StGregory Grammar School, en el vecino barrio de Ardwick. A los 14 años Bernard se vio obligado a dejar la escuela para ganarse un sueldo trabajando en la oficina de una fábrica textil.
La política era una parcela importante en la vida de la familia deBernard y desde los 12 años Bernard se mostró interesado en la misma, uniéndose a la Labour League of Youth (Juventudes del Partido Laborista). A los 17 años Bernard seafilió a la Young Communist League (Liga de Jóvenes Comunistas). Era 1932 y según supercepción el Comunista era el único partido político que mostraba claramente estaral tanto del terrible peligro que suponía el fascismo tanto en Inglaterra como en elextranjero.Bernard trabajó para el partido vendiendo ejemplares de Challenge (La revista de lasjuventudes comunistas) y el Daily Worker (periódico órgano del Partido) por las calles y en diferentes mítines.
Cuando estalla la Guerra Civil en 1936, Bernard comprometió tardes libres y fines de semana en recaudar dinero para financiar elenvío de comida y material médico a España, aunque pronto sentiría que podía hacer algo más. En febrero de 1937, sin decírselo a su familia, Bernard compró un billete de fin de semana a París (para lo cual no hacía falta pasaporte entonces), y allí se puso en contacto con la más o menos clandestina oficina de reclutamiento de las Brigadas Internacionales.
Tras especializarse en transmisiones, Bernard fue herido el primer día de la Batalla de Brunete, en julio de 1937. Se recuperó y participó en más combates en el Frente de Aragón, donde fue herido otra vez por metralla, además de quedar gravemente aturdido después de que una bomba le explotara muy cerca. Estuvo a punto de morir en el hospital, pero logró recuperarse lo suficiente como para volver al frente.
En la primavera de 1938 fue capturado en el pueblo aragonés de Calaceite junto con un grupo de brigadistas norteamericanos y consecuentemente encerrado en el infame campo de concentración franquista de San Pedro de Cardeña, en Burgos(el 8 de Abril de 1938)*, donde fue interrogado por agentes de la gestapo nazi y condenado a fusilamiento. Incluso se le llegó a pasear fuera del campo hacia las afueras del pueblo donde ciertamente esperaba una muerte segura: “Estaba convencido de que me iban a matar. Esta era la suerte que corría la mayoría de los brigadistas capturado por los fascistas”,recordaría posteriormente. “Fue el peor momento de mi vida”. Tuvo la suerte de ser aleatoriamente seleccionado para un intercambio de prisioneros, por lo que pasó varios meses en una cárcel regida por fascistas italianos(en el campo de concentración de Palencia).*
Fue finalmente liberado en octubre de 1938 y enviado a Francia. Conservó hasta el final de su vida la factura oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores Británico por valor de 4 libras esterlinas en concepto de “Repatriación”. Nunca lapagó.
A los dos días de declararse la Segunda Guerra Mundial, Bernard se alistó en la aviación. Quiso tener, dijo, la revancha con los fascistas. Estuvo seis años y medio en la RAF (Reales Fuerzas Aéreas) y combatió en el Norte de África, Oriente Medio eItalia.
En 1946, Bernard se apuntó a la formación de emergencia de docentes y encontró sunueva vocación. Su propia carrera truncada de estudiante le había convencido del importante papel que juega la educación para alcanzar una mayor justicia social. Se especializó en dar clases a los alumnos con problemas en los estudios y aquellos que iban con retraso, enseñando a varios cientos, si no a miles, de estudiantes a leer.
Estuvo dos veces casado, acabando ambos matrimonios en divorcio, y le sobreviven sus cinco hijos: Peter, Martin, Neil, Jo y Nikki.
“Casi todos los días”, declaró en 1986, “me animo pensando que he sobrevivido al jodido Franco aquel”.
Bernard McKenna – nacido el 11 de septiembre de 1915, falleció el 31 de julio de2008.
Redactado por su hijo Neil,excepto alguna fecha y dato entre paréntesis añadido por el autor del blog(*). Traducido al castellano por Antonio Díez, autor del libro "Cartas desde España. Brigadistas del Gran Manchester".
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